Heredar una empresa familiar no es la única forma de cambiar la titularidad o gerencia en este tipo de negocios. Cada situación familiar, el tipo de negocio y las circunstancias particulares determinan cuál es la mejor forma para cada caso de hacer perdurar en el tiempo y a través de las generaciones una compañía familiar.
Plan de sucesión en una empresa familiar
Lo más característico de una empresa familiar es que su gestión y administración recae en uno o varios miembros de una misma familia. Como es lógico, al gestor principal le llega su jubilación y la compañía debe afrontar una transición para asegurar su continuidad. En los casos más comunes este escenario puede anticiparse y prepararse para hacerse con tiempo y consiguiendo la mejor de las formas. Hay diferentes circunstancias.
Traspaso por donación de padres a hijos
Esta es la forma más tradicional de traspaso en empresas familiares, pero no siempre puede realizarse. En este caso es necesario que el gestor principal – padre – llegue a su edad de jubilación para afrontar el traspaso a un hijo en forma de donación. Se trata de una fórmula que se formaliza en vida.
La donación de padres a hijos de empresas familiares no supone el pago de una cantidad económica, sino solo la cesión voluntaria de la titularidad y la gestión de la compañía. Sin embargo, sí está sujeta a carga fiscal y debe realizarse de forma legal y debe formalizarse mediante contrato.
Traspaso no familiar
Si el traspaso de la empresa familiar no es a un hijo por las circunstancias que sea. El tipo de traspaso es totalmente diferente. Debe ser formalizado mediante su tipo de contrato concreto y en este caso no se admite la donación. La persona que recibe la empresa paga por este derecho una cantidad acordada. La carga fiscal también es diferente y más alta, puesto que este tipo de traspaso no está bonificado.
Herencia de negocio familiar
Cuando una empresa es de una única persona y esta fallece incluyendo la compañía en su testamento puede elegir de acuerdo con la ley la empresa familiar a quien dese, siendo uno o varios los herederos. En el caso de no haber testamento, la trasmisión de la empresa familiar se complica y depende de la cada situación se aplicará la ley vigente de sucesiones no testadas.
Los expertos en gestión empresarial coinciden con los profesionales del derecho en aconsejar a los gestores de empresas familiares ser previsores y preparar tanto la jubilación desde un punto de vista personal como empresarial. Sin dejar de lado, la posibilidad del fallecimiento que debe quedar cubierta en un testamento.
Fiscalidad en el caso de donación de empresa familiar
Siempre que se den las condiciones requeridas la situación más ventajosa para traspasar una empresa familiar es la donación de padres a hijos puesto que es una fórmula legal actualmente bonificada fiscalmente y cuenta con incentivos que tienen por objeto impulsar esta forma de cesión.
Impuesto del Patrimonio
Las donaciones en las que el negocio transmitido está relacionado directamente con la realización de una actividad económica están exentas del pago del Impuesto del Patrimonio. Para darse esta situación la actividad económica está definida como la ordenación por cuenta propia de los medios de producción y recursos humanos con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios. Todos los elementos patrimoniales que se transmiten – donan – tienen que estar sujetos a la actividad económica para no tener que pagar el Impuesto del Patrimonio y disfrutar de su exención.
Impuesto de Sucesiones y Donaciones
La donación de una empresa familiar disfruta de una reducción del 95 por ciento en el impuesto de sucesiones y donaciones del valor de adquisición siempre que se cumplan una serie de requisitos definidos.
- Edad: el donante debe tener, al menos, 65 años.
- Donación exenta de pago del Impuesto de Patrimonio, dándose la circunstancia de que el sucesor mantenga este escenario durante los 10 años siguientes a la transmisión.
- La reducción puede llegar hasta el 100 por ciento en algunas Comunidades Autónomas.
Un plan de sucesión que contemple los escenarios más habituales en el caso de la trasmisión de empresas familiares es la mejor alternativa para asegurar la continuidad y la viabilidad de este tipo de compañías de la manera más sencilla y clara para todos los implicados.